En abril de 2018, la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) declaró el 3 de junio como el Día Mundial de la Bicicleta.  La celebración de día tiene como principales objetivos: fomentar el desarrollo sostenible, reforzar la educación de las/os niñas/os y las/os jóvenes, promover la salud, prevenir las enfermedades, fomentar la tolerancia, el entendimiento y el respeto y facilitar la inclusión social y la cultura de paz (ONU, 2020).

Desde la Facultad de Educación Física destacamos, respecto a esta efeméride, la importancia de realizar actividad física, esencial para mantener una calidad de vida saludable ya que tiene gran impacto en la prevención de enfermedades y, además, mejora la salud cardiovascular, metabólica, cognitiva y emocional.

Andar en bicicleta es una actividad física que pueden realizar personas de todas las edades y que se practica de modo individual o grupal. Uno de los principales beneficios de esta actividad es que contribuye a reducir el estrés porque, al pedalear, el cerebro recibe endorfinas y serotonina, sustancias que repercuten en el humor y en la autoestima de las personas.

Por otro lado, andar en bicicleta junto a otras personas con la misma afición permite establecer nuevas relaciones, estrechar lazos, fomentar el compañerismo. Precisamente, en estos espacios los sujetos tienen la posibilidad de expresarse y de adquirir confianza en sí mismas.

En relación al ciclismo como práctica deportiva, se puede afirmar que se trata de uno los deportes más recomendados por las/os médicas/os ya que es un ejercicio de bajo impacto indicado para todas las personas, incluso para aquellas con dolencias en la espalda y las articulaciones.

Un dato no menor es que, desde que comenzó la pandemia, el uso de bicicletas creció notablemente en Argentina.  Esto se debe a que se incrementó el número de personas que eligen andar en bicicleta como actividad recreativa y de quienes practican ciclismo como deporte. Otro motivo es que, debido a la no circulación del transporte público, muchas/os trabajadoras/es se vieron obligadas/os a adoptar un nuevo medio de transporte para trasladarse y encontraron en la bici un medio accesible y saludable para hacerlo.

Cabe mencionar que, como consecuencia del aumento del uso de la bicicleta como medio de transporte, se incrementó la presentación de proyectos, a nivel provincial y nacional, que promueven la utilización de la bicicleta como transporte alternativo y la creación de infraestructura adecuada y segura para su utilización en la ciudad.

Por último, se debe destacar que el uso urbano de la bicicleta contribuye a la disminución de la polución en el aire, además de evitar embotellamientos y situaciones de contaminación acústica.