Desde Facultad de Arte y Diseño, compartimos experiencias y reflexiones de nuestros docentes y estudiantes, sobre su trabajo académico en cuarentena.
El contenido de esta nota se resume en las palabras de Susan Sontag: «Amo las limitaciones, porque son la causa de la inspiración.» Fijáte de qué manera es posible…

 

Desde el área de Grabado, las profesoras Celia Marcó del Pont, Betina Polliotto y Nöel Loeschbor dictan los espacios curriculares Arte de Impresión y reproducción II y Grabado III en la Tecnicatura Superior en Artes Visuales, el Profesorado en Artes Visuales y la Tecnicatura Universitaria en Producción Artístico- Visual que se brindan en los talleres de la Escuela Superior de Bellas Artes Dr. Figueroa Alcorta, una de las cinco Instituciones fundantes de la FAD. Las docentes trabajaron conjuntamente desarrollando clases para los alumnos del área y buscaron resolver las problemáticas que surgieron en estos tiempos de pandemia. Su orientación prioriza el cuidado del medioambiente. Trabajan e investigan con grabado reciclado y de baja toxicidad, como por ejemplo en la elaboración de tintas y herramientas.
Este equipo investiga y difunde su labor hace diez años a nivel local y nacional en Simposios, Encuentros y Jornadas realizadas en diversas instituciones aquí nos acercan sus experiencias de trabajo de Taller con sus estudiantes.


Dicen Celia, Betina y Nöel:
Ante la complejidad del encierro y las problemáticas afectivas, sociales y económicas, surgieron inconvenientes para el dictado de la materia. Por la complejidad inherente al espacio de taller, uso de prensa, y otras particularidades que los alumnos expresaron ante la imposibilidad de adquirir materiales específicos, como tintas y rodillos.
Pudiendo leer esta realidad, el primer paso fue flexibilizar los programas, para que los contenidos pudieran desarrollarse multiplicando experiencias y prácticas en cada uno de los hogares de nuestros alumnos.

«Ante la cuarentena que nos toca vivir, -además de la problemática de contaminación que venimos trabajando-, los daños ambientales y los altos costos que implica a veces adquirir elementos y herramientas de trabajo en el grabado, surge la necesidad de buscar soluciones que posibiliten continuar los distintos procesos en el grabado.»

Los estudiantes expusieron sus rodillos caseros, realizados con objetos reutilizados.

Rodillos y otras herramientas

«Cuando los trabajos prácticos comenzaron a requerir entintado, escuchamos a  los alumnos manifestar que sus rodillos habían quedado en los placares de la Institución, o no tenían. Gracias a la experiencia de otros años realizando reciclado de cartuchos de tóner, desarmando fotocopiadoras o impresoras láser en desuso, construimos un material específico y didáctico para que los alumnos puedan tomar ejemplos y cada uno realizar una experiencia de fabricar su rodillo casero.»


Maria Florencia Noriega realizó su muestrario de colores con mezclas de elementos, pigmentos y aglutinantes que tiene en su casa: pimentón, comino, gelatina, acondicionador de pelo, cola, café, ceniza, almidón.


Tintas

«Otro inconveniente de la cuarentena, fue poder adquirir tintas. Considerando esto, armamos clases en con una descripción de cómo elaborar tintas,  con materiales accesibles, es decir, aquellos que tuvieran en su hogar. Las mismas,-en su mayoría-, fueron realizadas con una base aglutinante de miel o aceite, pigmentos naturales, reciclados o de origen mineral y espesantes coma la fécula de maíz o arroz.»

«Es así que nos planteamos, qué materiales existentes encontramos en nuestro entorno, con conciencia de reciclado para suplantar sin crear daños ecológicos, fomentando la observación, experimentación y creación de herramientas y materiales para la producción artística y pedagógica, específicamente en el área.»

El trabajo docente no ha sido fácil, ya que nos vimos forzadas a trabajar bajo presión, generada en la necesidad de  adaptarnos rápidamente a una realidad virtual. Sin tener una capacitación específica, para nosotras resultó una experiencia enriquecedora, ya que nos motivó para ordenar y dar forma a nuestras investigaciones previas. Cabe aclarar que esta modalidad no suplanta el contacto humano con los alumnos, el intercambio de experiencias entre ellos y  la atmósfera creativa del taller. Debemos decir, que tuvimos que adoptar una forma de trabajo flexible, teniendo en cuenta la problemática de nuestros alumnos que en muchos casos no tenían buena conectividad a la red de internet, debiendo conectarnos con ellos por otros medios posibles como clases por whatsapp, mail,  teléfonos y aquellos medios que facilitaran la comunicación.

Trabajos realizados por María Pasión Ontivero, Silvina Asis, Raquel Beltramino y Sabina Antonella Perin.

María Nazarena Sosa trabajó con pigmento, aceite y maicena.