Juan Sebastián Pedernera es Técnico en Gestión de Empresas de Turismo y Transporte (2010) y Técnico en Gestión de Empresas de Alojamientos (2012).
Nos cuenta que como agente de viaje su sentimiento es el de “estar en un trabajo de los más placenteros y lindos que existen ya que generalmente somos los que materializamos esos sueños y deseos que tienen nuestros clientes, los que vuelven fascinados y encantados con las experiencias vividas”. Agrega que eso “conlleva una gran responsabilidad” dado que se maneja mucho dinero; hay que ser “extremadamente detallistas, meticulosos y también ser organizados”; “estar constantemente capacitados y actualizados ya que los elementos del sistema turístico son muy cambiantes”; entender que el turismo muchas veces necesita un tiempo fuera del que se entiende “horario de oficina” por imprevistos y urgencias que se deben atender. Y, por último, que es importante “escuchar las devoluciones del cliente, siempre agradecer tanto las críticas positivas como negativas”.
A la hora de dejar un mensaje a futuroas/s egresadas/os sostiene que enfocarse en el “turismo receptivo ya que es un generador genuino de divisas”, el cual beneficia a “nuestra localidad, provincia o país”. Para ello “necesitamos capacitarnos y concientizar a nuestro entorno de lo importante que como sociedad seamos buenos anfitriones”.
Nara Acevedo es Técnica en Gestión de Empresas de Servicios de Alojamiento (2016).
“Para mí, trabajar en hotelería es sentirme siempre acompañada, no sólo de un increíble equipo de trabajo sino también de huéspedes que van y vienen constantemente. Es dar lo mejor de uno para el disfrute de otros y que vuelva en un lindo comentario o en un cálido presente. Es conocer gente nueva todos los días y aprender de ellos, de sus culturas, experiencias, historias de vida”, dice Nara.
Dedica las siguientes palabras a futuros profesionales: “Los profesionales de hotelería tenemos un don especial. Sabemos cómo hacer sentir bien al otro y encontrar en ello la felicidad. Brindamos compañía y los huéspedes nos hacen parte de sus vidas. Trabajen en hoteles chicos y grandes, locales e internacionales y recojan lo mejor de cada experiencia. Dejen su huella donde vayan”.
Nahir Huespe*, es Técnica en Guardaparque (2019).
Nos dice que “trabajar como guardaparque es un desafío” por “las veces que tenemos que reivindicarnos como guardaparques mujeres cumpliendo un rol importante en la conservación de nuestra áreas”. A la vez ,es una oportunidad para “aprender de las comunidades de las áreas protegidas que te enseñan lo que es el monte para ellxs”.
Como mensaje para los futuros egresados, Nahir comenta que “los escenarios de lucha no son los mejores” y agrega que “nuestras áreas naturales, además de ser los grandes pulmones verdes y ser el refugio de la biodiversidad que lo acompaña, son el recurso de hoy para seguir sosteniendo el monte y nosotres tenemos la tarea de visibilizar esto, ya que somos educadores ambientales”. Motivo por el cual debemos “pensarnos en conjunto con otres actores porque les guardaparques no trabajan solxs, ya que la conservación es colectiva”.
Romina Loyola es Técnica Superior en Producción Gastronómica (2017).
Ella indica que “trabajar en gastronomía no es sólo cocinar, va mucho más allá” porque “la cocina es el lenguaje más universal que hay y promueve el intercambio de culturas. Es comunicar nuestras raíces, nuestro patrimonio gastronómico, la herencia que nos dejaron nuestros abuelos y todos aquellos inmigrantes que llegaron a nuestro país con su abanico de sabores”.
La gastronomía también es “aprender a trabajar en equipo y saber que el buen servicio no sólo requiere de cocineros, si no que nos incluye a todos, al personal de limpieza, al bachero, mozos, sommeliers, por nombrar sólo a algunos”.
“La gastronomía se puede fusionar con muchas cosas, hay que ser creativos, poner pasión y nunca pero nunca bajar los brazos”, culmina Romina.