Los/as estudiantes que dedican muchas horas diarias a estudiar y mantienen durante tiempos prolongados una mala postura, pueden sufrir contracturas y malestar principalmente en cuello, hombros o zona lumbar de la espalda. Es por ello que se recomienda que destinen al menos 30 minutos diarios a realizar actividad física.

Cuando se habla de actividad física no se hace referencia exclusivamente a la práctica deportiva sino que, tal como la define la Organización Mundial de la Salud (2018), consiste en  cualquier movimiento corporal producido por los músculos esqueléticos, con el consiguiente consumo de energía. Ello incluye, además del ejercicio, las actividades realizadas al trabajar, jugar y viajar, las tareas domésticas y las actividades recreativas.

La actividad física es esencial para mantener una calidad de vida saludable ya que tiene gran impacto en la prevención de enfermedades y además mejora la salud cardiovascular, metabólica, cognitiva y emocional.

Cada vez es más frecuente que personas jóvenes presenten patologías generadas por la mala postura, como puede ser la lumbalgia o la escoliosis. La importancia de la realización de actividad física durante la etapa universitaria radica en la implementación o adquisición de hábitos saludables que perduren en el tiempo. La formación de los sujetos en un enfoque saludable es fundamental para el cuidado de la salud y necesario para lograr y mantener el bienestar físico, mental y social.

La práctica habitual de actividad física garantiza movilidad, un peso estable, controla el sistema circulatorio y además ayuda al sistema nervioso. Es  necesario mencionar que debe ser acompañada por una alimentación equilibrada y saludable, el buen descanso, y la hidratación continua durante el día. Cuando el cuerpo se encuentra en movimiento libera endorfinas que generan energía.  Luego de hacer actividad física, se puede continuar estudiando y, al estar más distendidos, la capacidad de concentración aumentará y será mejor el proceso de construcción de conocimiento.

Realizar actividad física contribuye a un mejor descanso y es precisamente cuando la persona duerme y alcanza cierta etapa del sueño, que se fijan y asimilan los conocimientos y la memoria. Además, está comprobado que la actividad física ayuda al cerebro oxigenando las células, lo que permite un mejor funcionamiento del sistema nervioso.

En épocas de exámenes se recomienda a los/as estudiantes hacer una pausa de descanso cada 45 minutos de estudio, ya que el cuerpo necesita cambiar de postura y la mente necesita despejarse. En esos espacios de tiempo se pueden hacer estiramientos, rotar el cuello con movimientos suaves, caminar, entre otras.

Si bien el aislamiento social obligatorio dispuesto para la prevención del contagio de COVID-19 es una limitante para realizar actividad física grupal, es sabido que ésta, además de los beneficios propios de la actividad física, también favorece las relaciones y la integración social, ya que se trata de un espacio que permite a las personas la posibilidad de expresarse, de adquirir confianza en sí mismos y aumentar su autoestima.

En este momento que se está atravesando como sociedad, se recomienda  a los/as estudiantes mantenerse activos/as en sus hogares, no solo para contribuir a su calidad de aprendizaje  y conservar su condición física sino también en pos de la salud y la calidad de vida no solo personal, sino colectiva.