¡Feliz día del Diseño Gráfico!

Desde la Facultad de Arte y Diseño de la Universidad Provincial de Córdoba, saludamos a quienes aman y practican la profesión del Diseño Gráfico. En esta ocasión, les hacemos llegar las razones por las cuales se conmemora esta fecha, compartimos testimonios de nuestras docentes Lila Pagola y Carolina Menso y cerramos con un breve homenaje a Miguel De Lorenzi, pionero del Diseño Gráfico en Córdoba.

Dos días para reflexionar sobre Diseño Gráfico

En Argentina se celebra el Día del Diseño Gráfico el 24 de octubre ya que en esa fecha de 1966, se graduó la primera diseñadora gráfica de Argentina, Haydée Stritmatter, egresada de la Universidad Nacional de Cuyo.

Por otra parte, internacionalmente se toma el día 27 de octubre, como el Día Mundial del Diseño, establecido para reconocer y destacar el rol de estos profesionales en el ámbito comercial y social, así como para dar a conocer los aspectos más interesantes de la profesión.

La instauración de esta celebración fue impulsada en 1991 por el Consejo Internacional de Asociaciones de Diseño Gráfico, -antes denominado Icograda-, en coordinación de la Organización de las Naciones Unidas. En 2012, la fecha cambió de nombre: Día Mundial del Diseño de la Comunicación.

 Compartimos una definición de “buen diseño” para reflexionar, acordar, disentir y re- formular si fuera necesario:

“Un buen diseño es la mejor expresión visual de la esencia de «algo», ya sea esto un mensaje o un producto. Para hacerlo fiel y eficazmente, el diseñador debe buscar la mejor forma posible para que ese algo sea conformado, fabricado, distribuido, usado y relacionado con su ambiente. Su creación no debe ser sólo estética sino también funcional, mientras refleja o guía el gusto de su época.”

Wicius Wong (1989)

En nuestra Facultad

Para conmemorar esta fecha con nuestras propias protagonistas, acercamos dos testimonios de docentes, a quienes agradecemos su participación y compartimos sus ideas.

• Lila Pagola es docente de Lenguaje y Laboratorio Digital en la Licenciatura en Diseño FAD- UPC.

 ¿Es mejor el mundo por la acción de les diseñadores?     

La respuesta corta es sí.

La respuesta larga podría ser, invitarles a recordar alguna anécdota de sus vidas en las que una información faltante, una explicación pobre o una organización sensorial inadecuada, les complicó algún aspecto de la vida: usualmente algo pequeño, -sin consecuencias trágicas-, pero que puede representar ese “aleteo de mariposa” que produce un tornado a la vuelta de la vida.

El diseño tiene la posibilidad de mediar la experiencia y saberes acumulados, en un artefacto cultural que inaugura futuros posibles para otres.

• Carolina Menso, es docente de Taller Integrado 1 en la Licenciatura en Diseño FAD- UPC.

Educación en época de pandemia

El contexto actual nos atraviesa. La experiencia de impartir saberes mediados por lo tecnológico, nos invita a reflexionar acerca de algunos cuestionamientos que circulan por diferentes medios, aseverando que la dinámica de la virtualidad será un aliado de la pos- pandemia.  En este contexto, ¿cómo recuperar al estudiante desde un lugar donde se piense protagonista cuando las dinámicas de la tecnología asumen ese rol?.
La puesta en común, la escucha, la complicidad, la mirada, el reconocimiento del otro, la problematización y la construcción de sentidos son parte fundamental del proceso educación- comunicación. La reflexión en la acción es un modelo para construir conocimiento que permite el compromiso crítico, la responsabilidad social, la dimensión humana y la visión global, donde “el conocer y el hacer” resultan inseparables. Aparece así un sujeto crítico con la capacidad de adaptarse a la realidad y transformarla, en palabras de Freyre: “El hombre- sujeto es sujeto de un conocimiento crítico y de una acción transformadora y, al serlo, es radicalmente activo”.

La enseñanza del diseño por medio de la mímesis, el diálogo y la ubicación espacial de los espacios de trabajo con sus propios ritos, promueven una educación basada en un proceso de socialización que no tienen cabida en el discurso de la tecno- educación. El contexto nos invita a pensar la relación docente- estudiante como una sociedad donde el intercambio de saberes es posible mediante la reflexión conjunta, con el interés de hacer del conocimiento un instrumento de libertad. Una enseñanza dialogal, a lo Freyre, que permite la co construcción de un espacio académico.

¿Qué tipo de sociedad, entre educadores y educandos, estamos dispuestos a formar? ¿Cuáles son las que habilitan estas nuevas formas mediadas por lo instrumental?
Quién se atreva con la tiza volverá a dar sentido a la enseñanza y despertará los ritos que quedaron dormidos en lo virtual.

Sobre el cursado

Esta situación de pandemia y aislamiento nos ha obligado a buscar soluciones alternativas a la enseñanza tradicional. Creemos que la puesta en común, la escucha, la complicidad, la mirada, el reconocimiento del otro, la problematización y la construcción de sentidos son parte fundamental del proceso educación-comunicación. Sobre todo para poder desarrollar una mirada crítica sobre la realidad, para de- construir las creencias de sentido común y debatir con los modelos establecidos. Ante la imposibilidad de hacerlo de manera presencial, la propuesta que desarrollamos en la comisión de Taller Integrado se orienta a que el estudiante tome contacto con los contenidos, los comprenda, se los apropie y los aplique a un trabajo integrador con estadíos parciales de revisión. La actividad de evaluación entonces se convierte en una etapa de síntesis, de reestructuración de saberes y de comprensión y re- significación de los mismos. Esta propuesta nos ha permitido la incorporación del material teórico como constructor de un saber práctico; el hábito en la reflexión a posteriori de las acciones de producción y la autonomía en la gestión de material extra bibliográfico cuyos aportes han favorecido a la construcción del proyecto integrador. El seguimiento semanal y las instancias evaluativas, acompañan el desarrollo del trabajo reduciendo la incertidumbre y la angustia propia de la situación actual. Así mismo, esta dinámica exige un compromiso desde el dual: como docentes respondiendo a las demandas temporales que exige la corrección semanal y como estudiantes, al verse comprometidos en la producción y ejecución de un proceso en constante construcción.

 Miguel De Lorenzi: creador multifacético

Para cerrar esta nota, elegimos homenajear a Miguel “Cachoíto” De Lorenzi (1940- 2010), quien fue uno de los pioneros del Diseño en Córdoba. Creador multifacético, incursionó en todas las ramas del arte y la comunicación visual. Desde 1979 hasta 2005 fue Director de Arte y Diseñador del Diario La Voz del Interior. Ilustró y diseñó para organizaciones e instituciones de todo tipo, colaboró en proyectos arquigráficos; participó en filmación de documentales; realizó curadurías en diseño gráfico y colaboró con publicaciones específicas, como la Revista Tipográfica, integrando el consejo asesor de la misma junto a Rubén Fontana, su fundador.
Diseñó el Diario Día a Día; asesoró al Diario Los Andes de Mendoza; diseñó libros para Sudamericana; El Emporio Ediciones y otras.
Diseñó isologotipos emblemáticos en su época como el del Canal 10; la Feria Internacional de Córdoba- Fico-; el Primer Festival Latinoamericano de Teatro; el Gobierno de Córdoba; los Diarios La Voz del Interior y Día a Día, entre otros.

Muchos recuerdan la pregnante arquigrafía diseñada para la heladería Soppelsa; y las diversas tapas de libros; -entre ellas la de “Las vanguardias artísticas del siglo veinte”, -de Mario De Micheli-, material de estudio en Escuelas de Arte.

Se destacaron sus ilustraciones sobre la Argentina; realizadas para el Suplemento político de La Voz del interior entre el 2000 y el 2008.

En el libro “Miguel de Lorenzi, Pinturas, ilustraciones periodísticas y diseño gráfico”, publicado en 2008 por El Emporio Ediciones, se observa la versatilidad de su trabajo, el dominio de las variadas técnicas, su estilo de dibujo, y la adaptación conceptual y formal de sus propuestas a los diversos temas.

Miguel “Cachoíto” De Lorenzi fue, además de un trabajador incansable, un artista de sensibilidad profunda e inteligencia aguda. Con su talento supo encontrar formas nuevas de observar la realidad y de transmitirla.